El masaje dentro de nuestro trabajo como terapeutas, es uno de los métodos más utilizados y habituales independientemente del tipo de lesión. Se utiliza tanto para relajar y bajar el tono muscular, como para tonificar, y puede ser tanto de tratamiento curativo como preventivo.
Las maniobras repetidas (más o menos rápidas y más o menos profundas según el objetivo buscado) proporcionan al tejido un aumento de temperatura que hace que el flujo sanguíneo en la zona aumente, haciendo así que este tenga una mejor oxigenación y nutrición en general.