Bienvenido a FISIOCLINIC Patricia Sarabia

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La Punción Seca; ¿Has oído hablar de esta técnica y no sabes en que consiste? Te lo contamos…

¿QUÉ ES LA PUNCIÓN SECA?
La Punción Seca es una técnica invasiva, muy efectiva, que utiliza la punción con agujas de acupuntura para el tratamiento del dolor miofascial, concretamente, de los llamados Puntos Gatillo Miofasciales (PGM).


Esta técnica se denomina Punción Seca porque no se infiltra ningún tipo de sustancia, únicamente manejamos la aguja sobre puntos dolorosos, por lo que es una técnica inocua y sin efectos secundarios de ningún agente químico.

 

¿QUÉ ES UN PUNTO GATILLO MIOFASCIAL?
El Punto Gatillo es un punto de dolor y de actividad constante dentro de una banda tensa palpable de músculo esquelético. Los Puntos Gatillo pueden generar dolor local por la liberación continua de un neurotransmisor llamado acetilcolina, que va a impedir que las fibras que están tensas se relajen, generando un círculo vicioso que provoca una disminución de la llegada de sangre al musculo, que hace que el dolor se pueda extender provocando dolor a distancia.

 

¿QUÉ HACEMOS DURANTE LA PUNCIÓN SECA?
Durante esta técnica utilizamos una aguja de acupuntura directamente sobre el Punto Gatillo. Con esto contribuimos a la desactivación del Punto Gatillo al destruir la placa motora y estimular el receptor muscular. Así, conseguimos disminuir el dolor que tiene el paciente y relajar de manera refleja la musculatura, aumentando la elasticidad muscular.

Además de todo esto, la aguja puede considerarse una herramienta palpatoria de prolongación de nuestros dedos. Gracias a ella podemos apreciar cambios en la firmeza de los tejidos que vamos atravesando.

Como tratamiento, la Punción Seca nos permite llegar a los Puntos Gatillo de forma directa, siendo de las herramientas más efectivas en el tratamiento de las deficiencias que presentan los pacientes (dolor, limitación de la movilidad,…) relacionadas con problemas musculares.

Es una técnica ligeramente dolorosa en el momento y puede persistir dolor post-punción durante unas horas o varios días, pero su efectividad hace de ella una técnica de elección en contracturas que persisten en el tiempo.

 

¿QUÉ TECNICAS DE PUNCIÓN SECA EXISTEN?
Existen dos tipos de punción seca:

• Punción Superficial: La punción seca superficial consiste en la introducción de la aguja en la piel, el tejido celular subcutáneo y la fascia que recubren el punto gatillo a una profundidad máxima de 1 cm, sin llegar a penetrar en el músculo.

• Punción Profunda: Consiste en la punción de los Puntos Gatillo situados en la musculatura. Una vez la aguja se encuentra dentro del punto gatillos se estimula de diferentes maneras: introduciendo y retirando la aguja rápidamente, haciendo barridos, girando la aguja…. Todo ello con el fin de provocar una respuesta de espasmo local o contracción involuntaria, que es lo que finalmente relajara la musculatura.
El tamaño de la aguja que se va a emplear lo determina la profundidad y del músculo en el que se encuentra el punto gatillo.

 

¿CUÁLES SON SUS INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES?
Indicaciones: Se utiliza para resolver diferentes dolores de espalda (cervicales, dorsales y/o lumbares).
Lesiones musculares (contracturas, distensiones, fibrosis…).
Lesiones tendinosas.
Algias miofasciales crónicas en distintas localizaciones.
Cefaleas, migrañas…

 

Contraindicaciones: Las contraindicaciones son escasas, al igual que los peligros y las complicaciones. Pueden ser absolutas o relativas:
– Contraindicaciones absolutas:
Miedo a las agujas.
Punción de musculatura profunda en personas con alteraciones de la coagulación.

– Contraindicaciones relativas:
Miedo relativo a las agujas.
Coagulopatías o tratamiento con anticoagulantes.
Inmunodepresión o inmunosupresión.
Linfadenectomías.
Hipotiroidismo.
Niños (por asociación con el miedo a las agujas).
Heridas o cicatrices en el punto de punción.
Enfermedades dérmicas (como psoriasis o infecciones).
Alergia a los metales (especialmente al níquel).
Punción profunda en mujeres embarazadas (especialmente durante los primeros 3 meses del embarazo, y después de este periodo, siempre y cuando la zona a tratar pueda afectar al feto).